Al conmemorarse 51 años del Golpe de Estado en Chile, el Consorcio de Universidades del Estado reafirma su compromiso con la democracia, con la defensa permanente de los derechos humanos y la memoria histórica, con especial homenaje a las centenares de personas ejecutadas y detenidas desaparecidas, que formaban parte de las comunidades universitarias del país.
Osvaldo Corrales, presidente del Cuech
Escogimos la Universidad de Santiago por su carácter simbólico que tiene esa institución, la antigua Universidad Técnica del Estado, precisamente por los hechos que ocurrieron el 11 de septiembre de 1973, donde se detuvo a una importante cantidad de personas, entre ellas Víctor Jara, siendo el acto más visible de las intervenciones por parte de la Dictadura.
Las Universidades del Estado de Chile, en su condición de instituciones comprometidas con los principios y valores democráticos y republicanos, pueden aproximarse a esta conmemoración sobre la base de su condición de depositarias de los saberes académicos.
No podemos construir futuro sin memoria, sin verdad ni justica. Este es un momento que se debe abordar en conjunto, es muy importante revisar una visión crítica que es nuestro rol como universidades, para concordar un futuro en conjunto.
Estos 50 años deben llevarnos a una profunda reflexión de todos los sectores. Debemos reflexionar sobre la historia para poder construir un futuro. Debemos respetar nuestras diferencias, para que no se vuelvan a repetir sucesos como los que vivimos.
Es un evento simbólico, que tiene por finalidad decirle al país ‘aquí estamos las universidades disponibles para apoyar en todo lo que se requiera para esta construcción conjunta de futuro.
Como universidades estatales hemos procurado generar un programa completo de actividades conmemorativas, realizadas en un ambiente democrático, reflexivo, que nos permita construir el futuro y, por supuesto, no borrar la huella que tiene nuestra historia.
Nuestra comunidad universitaria ha coordinado un programa de actividades que estará enfocado a realizar actividades artísticas, musicales, académicas y literarias de amplia convocatoria, como evidencia del trabajo de formación de una ciudadanía que fruto de la experiencia y aprendizaje, pueda proyectar la construcción de un futuro más equitativo y democrático para todos y todas.
Las universidades públicas, y con el Estado como garante debemos ser enfáticos en reconocer, recordar y reparar a las víctimas del régimen militar y a través de un compromiso irrestricto con los derechos humanos y procurar a través de la educación que estos hechos no se vuelvan a repetir.